Llegó la hora -dijo la Morsa- de hablar de muchas cosas:
de zapatos y barcos y sellos. De repollos y reyes. De por qué el mar está hirviendo y de si los cerditos tienen alas. (
Lewis Carroll)
¿Tú tienes alas?
(Y de acá para abajo escribo YO)

lunes, 9 de noviembre de 2009

La hora de las moscas

19:45 pm.
La ciudad ardía. El asfalto se desenfocaba en el horizonte, como con esa emisión de calor que uno ve en las rutas, como si se viera el agua evaporarse sobre el camino. ¿Saben de lo que hablo?
A los árboles se les había desprendido varias hojas culpa del viento aquella tarde, pero al suceder este minuto, el viento paró. Una orden magistral, un hechizo mágico temporal.
Estaba fresco como para bucito, hasta entonces. Incluso no se vieron más autos andando, los rayos de sol estiraron diez centímetros las sombras del grupo que se encontraba sentado en ronda en el pasto. No eran ninguna tribu extraña, simplemente se ordenaron en ronda por esas actitudes naturales de la vida, como (no me sale la palabra)... eran como... sextos sentidos, eso que tienen las aves, y en realidad todos los animales... INSTINTO! Bueno... eso.
Si buscabas la gaseosa para servirte más, era la hora de las moscas cuando sólo quedaban cuatro gotitas tras el plástico transparente.
Si preguntabas por un cigarrillo, a nadie le quedaban más.
Si alguno hacía un chiste, ya no parecía tan gracioso.
Todo era molesto.
Incluso las miles de moscas que de pronto tenían volando a su alrededor.
¡QUÉ FEO! ¡Qué molestas!
Y fue "la gota que rebalsó el vaso"-diría un adulto. Fue una conmoción explosiva en cada uno lo que creó ese odio general a las moscas. Sumatorias de arruinadores de momentos que terminaron de arruinar el momento. La expresión de rabia de cada uno de saber que algo tan lindo (como la tarde que habían pasado) se acababa. Las sombras se iban a terminar de convertir en líneas paralelas (o casi) en el piso, el micro llegaría a su parada, tu mamá ya llamaría por teléfono, ...esas molestias que sumadas, lograron el odio a las moscas a las 19:45 de aquel lunes de primavera. Lunes de noviembre, también.
Extraña a veces la irritación del hombre, y su necesidad por expresarla.

*Nota: no creo que haya que preocuparse por una invasión de moscas ni nada por el estilo porque están bastante lejos de convertirse en seres inteligentes y mucho menos capaces de tal cosa. En cambio, OJO con las cucarachas, palomas, delfines, y marsupiales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario