Llegó la hora -dijo la Morsa- de hablar de muchas cosas:
de zapatos y barcos y sellos. De repollos y reyes. De por qué el mar está hirviendo y de si los cerditos tienen alas. (
Lewis Carroll)
¿Tú tienes alas?
(Y de acá para abajo escribo YO)

martes, 28 de julio de 2009

O2

Cuando respirar el aire se hace imposible,
cuando dejar entrar el preciado tesoro en mi cuerpo es inevitable, pero imposible en fin,
cuando sentís esa asquerosa, eterna y desgarradora asfixia,
tan profunda sensación de impotencia,
necesitás el oxigeno. Refrescante. Como la sed, el placer, el dolor, el hambre, el cansancio, el sueño, el calor, el frío, el orgasmo, el mareo, y asímismo la necesidad de respirar.
Sólo hay que abrir la boca.
(Inhalo)

Si supiera si ese campo es verde o amarillo, me cambiaría toda la historia. Mejor así.
Es lindo dudar. Es el el sentimiento de esperanza o traición devastadora, las dos a la vez. Y es lindo ser positivo. Provoca un bienestar que, tal vez modifique el destino. Nuestras decisiones tomadas al dudar sobre algo puede que accionen billones de canillas, como el juego de las tuberías y el liquidito verde cuyo nombre no recuerdo, o trillones, que modificarán nuestro futuro (que era tan incierto, ¿no?) hasta una conclusión, que tal vez haya sido escrita anteriormente.
Nuestro principio y final ya está escrito. Nuestras relaciones, acciones, historias, ya planeadas por algo mucho más grande que nuestras cabezas y personalidades. Nuestro poder de decisión sólo ayudan a llegar a esta resolución. Por eso mejor ser positivo. Es lindo pensar que una historia que hoy parece terminada, tal vez pueda resurgir y terminar distinta unos años después. ¿Quién sabe? (Ateo 100% eh!)

No me gusta filosofar solo.

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