Y miro para arriba.
Hay madera (pino, abeto, ciprés, qué sé yo). Pero huele a cenizas ardiendo en el suelo: cigarrillos, y más abajo el infierno.
Prefiero subir, más allá del techo.
Evaporizarme... a las estrellas, o por ahí.
Son brillo y oscuridad junta, por eso me gusta mirar para arriba.
Y unir constelaciones y puntos formando figuras (tu nombre, tu boca, y todas esas cosas en las que pienso todos los días).
Y miro para arriba, a un sol y estrellas que no tienen sentido. No pretendía hacerlo, pero ya estoy pensándote de nuevo. Y tu perfume, qué rico perfume. Si lo vendiera, me convertiría en un millonario exitosísimo. Pero prefiero guardar todas las botellas para mí, y que me dejes recargarlas todo el tiempo. Ahogarme en tu esencia... ese líquido-gaseoso-sólido incoloro y con el mejor sabor. Nuevamente, esa perfección que sería mi mejor premio... Tres puntos suspensivos, que los sigo uniendo como estrellas.
Formo tu nombre, lejos en el cielo. Y yo acá en la tierra, sobre la fría baldosa.
Y vos, ahí, cerca y lejos, pero sin mí.
*Shait.
-----------------------------------------------------
Ya es 1º de agosto del mejor año de mi vida.
sábado, 1 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario